martes, 10 de marzo de 2009

"Había una vez..."

Hemos realizado un cuento como parte de todos los componentes que hemos ido creando para completar esta página.
Son dos historias que tratan de representar dos vidas paralelas: sin y con ética.
Con esta historia ficticia, hemos intentado mantener nuestra primera idea: La ética sirve para vivir, dormir y morir tranquilos.
"Había una vez..."

... Un empresario que ganaba mucho dinero vendiendo armas al gobierno y de fuertes creencias religiosas. Tuvo un hijo al que llamó José. La infancia y educación, la vivió encerrado en un internado de curas. Nació tercero en una familia de cinco hermanos, pero sólo vivían juntos en verano. José envidiaba y amaba a los animales, su libertad y su buen carácter.

León nació en un piso, por parto natural, con una madre enfermera y un padre, profesor de universidad de ética. Aún y ser el último hijo, estudió como sus hermanos en un instituto público. Disfrutaba pasando los veranos en casa de su abuela en el pueblo, lo que más le gustaba era que allí había televisión.

José pasó la adolescencia estando más tiempo con su padre. Se dio cuenta que era una persona muy estricta, disciplinada y exigente. Le tenía mucho miedo y le había visto pegar a su madre y a sus hermanos, pero nunca se había atrevido a enfrentarse a él. Una vez estuvo a punto de pedirle un perro o un gato pero no pudo. Tenía que decidir su futuro y su gran sueño era ser veterinario, se lo dijo a su padre, pero éste le obligó a hacer empresariales.

En cambio León vivió la adolescencia muy perdido, porqué sus padres eran excesivamente liberales. Tenían total confianza en él, lo que le suponía una gran responsabilidad en todas y cada unas de las decisiones. Cada vez que pedía un consejo a su padre, le respondía con preguntas para que aprendiera a valorar lo más importante. Se inició con las mujeres muy perdido y vivía con mucha rabia el hecho de no poner en un aprieto a sus padres. Cuando dijo a sus padres que quería estudiar informática, le respondieron que sí, si eso era lo que él quería.

El señor José al acabar la carrera trabajó de auxiliar de banco, ya que sus hermanos se encargaban del negocio de su padre. Pronto se casó ya que su padre le exigió un matrimonio por la iglesia con una buena mujer y ante eso tampoco tuvo demasiada elección. Hizo feliz a su padre pero inició un camino sin marcha atrás, empezó con migrañas y náuseas, llegando a desencadenar hasta úlceras. Su padre le dijo que lo que tenía que hacer era tener un hijo y dejar de quejarse. José siempre hacía lo que su padre decía, se acostumbró a vivir alejado de su propia vida, tenía muchos problemas para dormir. Cada vez que se imaginaba haciendo otra cosa, alejado de su cotidiana y aburrida vida, tenía problemas para respirar, palpitaciones y pavor hacia cualquier cosa. No paraba de repetirse que no era capaz de tomar ninguna decisión en su propia vida. Llegó a los cuarenta y seguía perdido, sin conocer a su hijo debido al poco trato, a pesar de convivir con él, y lo mismo le pasaba con su mujer. Un día triste de invierno cayó fulminado por un ataque al corazón.
“Se le recordará porqué siempre decía SÍ a todo…”

León vivió la universidad como un gran proceso de maduración y gracias a la costumbre de la lectura y la constante motivación de sus padres, asimiló suficientes conocimientos para montar un negocio propio. Con el tiempo el negocio creció y esto le permitió tener tranquilidad económica. Con el paso de los años conoció a una mujer por la que tuvo clara la decisión de compartir la vida en pareja. Tuvo con quien tomar las decisiones y los compromisos de la vida diaria como el hacerse vegetarianos, dejar de tomar marcas americanas, tener un hijo y adoptar a otro. Pasaban su tiempo libre haciendo escapadas con la familia, y colaborando con ayudas sociales por diferentes causas. Con el paso del tiempo adoptaron dos hijos más, mejorando, si es posible la educación que le había dado su padre. Vivió muchos años disfrutando de la vida y de los nietos.
“Se le recordará porqué siempre vivió como quiso”

No hay comentarios:

Publicar un comentario