sábado, 7 de marzo de 2009

Dilema ético





Basado en un caso real presenciado por una de las integrantes del grupo:




Una señora X usuaria de la sanidad pública y testigo de Jehová en un momento de su vida tiene que ser operada. Ella acepta ser operada, pero no quiere ninguna transfusión de sangre. En diferentes hospitales públicos los facultativos especialistas en su enfermedad, no aceptan su caso, ya que según ellos no quieren arriesgarse, pues en un determinado momento puede que necesite la transfusión para su supervivencia. Según sus valores éticos no la pueden dejar morir si está en sus manos salvarla.
Por otro lado la señora X, sólo pide poder seguir viviendo en consecuencia a sus principios, los cuales rechazan cualquier tipo de transfusión.
Se supone que no puede pagar un hospital privado (si encontrara alguno que se lo quisiera hacer).

¿Cómo se puede solucionar este tema?




1 comentario:

  1. Creo que la sanidad pública tiene que contemplar estos casos y respetar, por tanto, la voluntad y capacidad de decisión de cualquier persona sobre su salud y su vida.
    Para cualquier intervención, un paciente debe firmar un consentimiento y cláusulas en las que expresa que conoce los riesgos de la intervención a la que se someta. Por tanto, creo que el dilema de la paciente que planteamos podría resolverse con la propuesta de un acuerdo en que los médicos operarán a una paciente que acepta operarse sin una transfusión, a riesgo de que esto tenga consecuencias negativas.

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